Un plácido vuelo por KLM vía Amsterdam me trajo hasta la ciudad de México. Esta vez, el único episodio digno de narrar ha sido que mi laptop cayó al suelo y rebotó en progresión armónica durante la revisión del equipaje de mano gracias a la ineptitud de una empleada. Por suerte no sufrió daños, aunque por seguridad pedí hablar con el supervisor para que me diera un número telefónico en caso de detectarlos mas adelante, una vez que el sistema fuera probado a fondo. Cuando lo hice, el rostro de la empleada cambió por completo. Sin siquiera ofrecerme una disculpa trató de desentenderse. Éste pequeño episodio parecía ser el umbral de un túnel del tiempo apuntando hacía lo sucedido hace un año, aunque resultaba pecata minuta en comparación.
No obstante, esa clase de túneles del tiempo sin duda existen entre México y Alemania….
Muchas personas frecuentemente me preguntan la razón de llevar mi reloj siete minutos adelantado, a lo que suelo responder: “me gusta vivir el futuro antes que los demás”. Desde la primera vez que vine a México después de haber movido mi lugar de residencia a Alemania, me percaté que en cierta forma un viaje así es como un viaje en el tiempo. Llegaba en ese entonces hablando de maravillas tecnológicas aún no vistas en estas latitudes, como lo eran los mensajes de texto (SMS) por celular, la tecnología GMS, los PDAs, Internet por cable o la electrónica en los autos. Mis referencias y relatos a programas de televisión como Big Brother eran tomados como hechos fantásticos e imposibles. Hubiera podido también pensarse que mis narraciones sobre temas como separación de basura o radares de velocidad en las calles habían sido sustraídas junto con el gran hermano de 1984 de George Orwell.
Ésta vez, al llegar a la casa de mi padre me sorprendió encontrar dos depósitos de basura; uno para restos orgánicos y el otro para los inorgánicos. También la Timba me explicó que ya existen radares para medir la velocidad de los autos en las vías rápidas y la forma en que éstos operan. Así mismo, los objetos fantásticos descritos en el párrafo anterior, son aquí también cosa del pasado.
Existe pues una brecha temporal indudablemente. En materia de tecnología la estimo en alrededor de 3 años, que son despreciables en comparación con la brecha temporal en la sociedad, aunque Alemania dista mucho aún de ser Jauja en ese sentido. Es tan sólo uno de los universos posibles a raíz de las decisiones que son tomadas el día de hoy. Así que en teoría, al existir esa brecha se podría aprovechar la ventaja de ir a la zaga y no cometer los mismos errores. Todos aquellos que hemos tenido nuestro reloj, no siete, si no 5 años adelantado, tendríamos que asumir la responsabilidad de ayudar a tomar esas decisiones, retroalimentando a nuestros paises con las experiencias adquiridas fuera. Dejo aquí la puerta abierta a sugerencias y reflexiones sobre cómo hacerlo.
En lo personal, estar en ésta casa de nuevo, no solamente es un viaje en el tiempo, si no también a través de otra dimensión. Muchas cosas están en el mismo sitio en que las dejé. Mis libros, mis herramientas, las cartas de aceptación de Universidades que recibí de Europa… La vida que hasta entonces había llevado se congeló en ese instante formando un punto de bifurcación hacia la vida que pude haber tenido en México y a mi vida actual. Así pues, retomar esa bifurcación me permite adentrarme unos cuantos pasos hacia el otro camino atisbando en esa «otra vida», es decir, prácticamente me transformo en alguien mas (como en la película Being John Malkovich) En esa otra persona, que no es en realidad una fotografía del que escribe plasmada sobre el recuerdo de mis amigos y personas cercanas, puedo sentirme tan fresco y rozagante como en aquél entonces, con todos esos sueños y temores antes de brincar la grandes aguas, pero sobre todo siento con intensidad el fuerte anhelo por mi vida actual.
.Bueno, pues viajar entre dos vidas y llevar el reloj unos cuantos minutos adelantado es una clase de turismo sui generis que puedo recomendar ampliamente.
¿Qué agencia de viajes lo ofrece? No pierdan sintonía de la Tlapalería Brunsviga.
A punto de emprender mi propio viaje al pasado, me han gustado tus observaciones…
Te ha ido bien?