Es tiempo de escribir. Es el momento para dejar fluir la tinta y la vida juntas. A menudo uno se pierde en la inmensidad de la rutina, si bien la palabra rutina no tiene necesariamente una connotación negativa. Sea lo que sea, la rutina marcha incesante sobre la vida. La devora, y la empuja a continuar aunque no se hayan degustado todos los sabores del instante. Es una avalancha que arrasa todo a su paso. Si por un milagro uno logra escapar por un momento de ella y tan sólo logra contemplar la vida, el tiempo se congela y se funde en un instante de eternidad. Es el momento para paladear sus matices. El momento de escribir.
¡Pus escribe!
Es verdad, nos quedamos enrolados en lo urgente, en vez de poner atención a lo importante. Es bueno poner en la rutina un día para ver cual es siguiente paso, y que tal nos fue con lo que hemos hecho ya. Saludos!